Alto Jahuel, "Un pueblo con identidad".

video Alto Jahuel 200 años



La historia del pueblo o ciudad (según el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, debido a su cantidad de habitantes) de Alto Jahuel, la podemos comenzar a situar como tal, en dos puntos. Ambos de diferentes tiempos, pero con la mismo arraigo identitario. 
Previo a la colonización española, diferentes pueblos de indígenas habitaron la zona, al sur del rio Maipo, el más importante, los Incas, que necesariamente debían pasar por las tierras de la actual Alto Jahuel, para llegar al rio Cachapoal.
Una vez llegados los españoles, estos comenzaron a establecer sus caseríos en la zona, el más conocido, es el de doña Paula Jaraquemada, casona, que sirvió de refugio para 120 chilenos sobrevivientes del desastre de Rancagua en 1814. Algo que recuerda este hecho, es el actual vino 120 de Santa Rita, de la viña Santa Rita.
En torno a esta viña, comienza a formarse un pequeño poblado llamado Santa Rita, donde habitaban gran parte de los trabajadores de la viña, junto con pequeños comerciantes y agricultores locales, convirtiéndose, pasados los años, en una municipalidad, hasta 1928.
Esta historia se entrelaza con la de Don Agustín Arellano, fundador de la población Alto de Jahuel. Este hombre, en 1911, comienza a planificar la nueva población en torno a su casona, ubicada actualmente entre las calles Miraflores y Arellano (nombre del fundador).
Por decreto de 1927, Santa Rita deja de ser Municipalidad y el pueblo se incorpora como subdelegación a la municipalidad de Buin. Luego, su nombre fue cambiado de Santa Rita a Alto Jahuel.
Un buen ejemplo de este pueblo a la hora de reafirmar su identidad, fue la unión de los vecinos en torno a la un proyecto para la construcción de un aeropuerto, contemplando para ello, un espacio de 70 hectáreas, con aproximadamente 10 millones de dólares en inversión, que implicaba 80 mil operaciones aéreas al año, disponiendo de los terrenos ubicados en la localidad de Alto Jahuel, algo que, ciertamente hubiese cambiado radicalmente su estilo de vida[1]. Al verse amenazados, pasaron de ser una ciudad callada, a una, con una identidad que se hacía presente en muchos de los discursos proclamados respecto a este conflicto. Finalmente, por medio de una consulta ciudadana, vía votaciones, las autoridades nacionales, replantearon la idea y cambiaron de lugar dicho aeropuerto.

Los conflictos y la transgresión a la identidad, genera una unión y un reconocimiento comunitario, que solo se evidencia acontecidos estos hechos. A pesar de no lograr visibilizar muchas veces las identidades en las localidades, están presentes siempre y se expresan cada vez que se ven amenazadas. Quizás es este es el motor matriz que mueve a las comunidades locales. 


Víctor Manuel Huerta Araneda
Historiador



[1]  “Alto Jahuel: Construcción de aeropuerto privado mantiene en pie de guerra a Buin”. Diario el Mercurio, 29 de Diciembre, 2002.




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