EL RECURSO “La experiencia campesina en la década del sesenta”



            Así como en muchos poblados del país, la aldea de “El Recurso” se formó a partir de la denominada Reforma Agraria, promovida por el entonces presidente Eduardo Frei Montalva en la década del 60, que consistía en la abolición de los latifundios, la limitación reglamentada de la tenencia de tierras y en la repartición territorial definitiva para los campesinos y pequeños comerciantes. Los que tomaron conciencia de su estado o clase social, los llevó muchas veces a organizarse principalmente en sindicatos. El caso de El Recurso, la comunidad campesina no conocía ningún tipo de organización a excepción del Club Deportivo que se formó con fines recreativos, pero que termino siendo el articulador de los movimientos sociales al interior de la Hacienda. Este conflicto entre patrón y campesinos generó una desconfianza mutua que se reflejó en la relación que estos últimos tuvieron con la Iglesia instalada en la hacienda, que hoy es parte de nuestras leyendas populares y uno de los testigos arquitectónicos más antiguos e importantes de la comuna de Buin.

La aldea de El Recurso, se encuentra ubicada en la comuna de Buin, a 6 kilómetros del centro de esta ciudad. Actualmente tiene una población de 847 habitantes y su nombre se debe a que su fundación es producto de la subdivisión de terrenos que sufrió la llamada Hacienda El Recurso.

La Hacienda El Recurso contaba en 1960, con una extensión de 631,65 hectáreas y se caracterizaba por una explotación extensiva de sus tierras dedicadas especialmente a los cereales y a la chacarería, bajo un sistema de dominación social basado en el inquilinaje. Sus propietarios fueron José Miguel Iñiguez y su esposa Carmen Lada y Vivar, quieres se la heredaron a su hijo José Vicente Iñiguez Landa, cuya residencia fue la actual casona e iglesia ubicada en el sector.

Los movimientos sociales y políticos en Chile estaban cambiando. Por un lado el sistema económico apuntaba a la necesidad de una población asalariada que manejara dinero para que se fuera sustentable y por otro lado, las reivindicaciones laborales, de justicia social e igualdad estaban siendo apropiadas por la entonces mayoría de la población que veía injusta su condición social, el campesinado. Esta nueva actitud llevó a que se organizaran principalmente en sindicatos.

Los campesinos de El Recurso no conocieron el sindicato como organización. En todos los conflictos internos, el Club Deportivo desempeñó este rol y sus dirigentes fueron casi siempre los líderes de los movimientos campesinos de la antigua Hacienda. Es así como en 1962 se diera el primer movimiento espontáneo de huelga campesina con fines reivindicativos con el objeto de mejorar los bajos salarios de entonces. Como consecuencia son despedidas seis familias campesinas cuyos jefes eran justamente los líderes naturales del Club Deportivo que surgieron a raíz de la huelga. En 1964 se da un nuevo movimiento de huelga campesina ahora mucho más organizada cuya finalidad fue solidarizar con los compañeros de trabajo despedidos. Como consecuencia de esta huelga, estos trabajadores son reintegrados a la Hacienda.

La situación conflictiva creada entre patrón y campesinos se fue agudizando. Por un lado, se da presión patronal que decide subdividir la antigua hacienda en 6 hijuelas. Así surge la hijuela El Recurso como una de las subdivisiones y que comprende 160 hectáreas, excluyendo las casas del Fundo y la Iglesia. Las familias campesinas que tenían sus viviendas ubicadas en el área de esta hijuela eran 19 abarcando una población total de 125 personas. Por otro lado, como resultado de la presión campesina se expropia esta hijuela para la constitución del asentamiento El Recurso. Las demás hijuelas seguían los trámites legales para obtener igualmente la expropiación.

Sin embargo, a pesar de estas subdivisiones legales el conjunto de las 19 familias asentadas eran parte integrante de un sistema social más amplio cuyos límites fueron los mismos de la antigua hacienda El Recurso y cuyo grupo social estuvo constituido por la totalidad de las familias campesinas ahí residentes.

Este hecho es de bastante importancia pues su tendencia era de crear entre los antiguos compañeros de trabajo una diferencia entre asentados y no asentados siendo los primeros un grupo privilegiado que al ser elevados a la categoría de socios de la Corporación de Reforma Agraria pasan a ser asignatarios de la Tierra expropiada.

En 1969, los asentados encontraron en la estructuración propia del Asentamiento su forma de organización y los demás se conservaron marginados de una real organización que corresponda a sus intereses de trabajadores asalariados.

Fueron tantos los radicales cambios que se vivieron en la década del 60’ que tanto los campesinos como los patrones se enfrentaron en la desconfianza mutua. Como ejemplo de ellos es el testimonio de un campesino en 1969 respecto a las razones por las cuales construyeron la capilla, dice que “para atemorizar más a la gente inquilina, para que no le robaran (…) para que el pajarón que se va a confesarse, le conversa todo lo que le ha robado y enseguida él (el patrón) los pilla y de inmediato lo mandan a cambiar (…) porque el cura no tapa ningún pecado, ningún robo tampoco, todos los publica al tiro”. Esta mala práctica generó la desconfianza de los patrones a los sacerdotes que visitaban la Hacienda, viendo en ellos la intención de asustarlos y dominarlos.

Hoy aún es posible visitar la capilla de la Hacienda, mandada a construir en 1862 en honor a la Virgen de la Merced, como un dormitorio más de la enorme casa. En el interior de la Iglesia aún es posible apreciar la imagen de la Virgen de la Misericordia que data de 1868, pintura del reconocido pintor Juan de Dios Vargas Iñiguez (1855-1906), quien fuera discípulo del importante pintor inglés Thomas Somerscales, famoso en Chile por sus variadas obras alusivas a la Guerra del Pacífico. Esta particular forma de construcción es posible apreciarla en modelos típicos de la hacienda, como en la de Santa Rita y El Tránsito, donde la capilla parece ser una habitación más de la Casa patronal.

La mala relación entre el patrón y los campesinos se vio beneficiada por estos últimos, quienes popularmente le atribuyeron a la desgracia del entonces patrón José Vicente Iñiguez Landa a una consecuencia de sus malas prácticas derivadas de su relación con el diablo. Un relato de la época dice que “piensan (los campesinos) que es castigo de Dios todo lo que pasa a Don Vicente que le quiten sus derechos de patrón. Él es el patrón, porque creció con tierras y así debe ser, pero los dueños son mezclados con españoles e italianos que son malos y hacen pacto con el diablo y vivió como rey, pero por el año 20 llegó el diablo en coche, le cobró la palabra y se lo llevó. Los campesinos están seguros que estos Iñiguez han vendido su alma al diablo”. Esta creencia popular habría sido la gestora de la actual leyenda del patrón que hace un pacto con el diablo.

En la actualidad aún es posible visitar el escenario donde se desarrollaron los cambios sociales más importantes de nuestro país. En El Recurso siguen vivos aquellos testigos mudos de nuestro pasado, que hicieron posible la sociedad en que vivimos. La enorme casona, parque e iglesia de la antigua Hacienda siguen siendo un atractivo interesante que nos traslada en el tiempo y nos hace responsables de conservar la historia de nuestra comuna. La experiencia del El Recurso, nos habla de una sociedad donde la mayoría estaba siendo sometida por las ideas de unos pocos, principio contrario a la democracia que buscamos perfeccionar en la actualidad, y que no debemos olvidar para no volver a someternos a ella. Las reivindicaciones campesinas que buscaban simplemente vivir con dignidad e igualdad de derechos, en el caso de EL Recurso, liderados por los dirigentes del Club Deportivo, deben ser el orgullo de una zona donde sus habitantes somos hijos y herederos de ese pasado heroico, donde si bien la justicia social está pendiente, al menos nos permite comprender nuestro presente y pensar qué queremos para nuestros hijos en el futuro. Pero recuperar, proteger y promover ese pasado y nuestro patrimonio es la tarea que como localidades al sur del río Maipo sigue estando pendiente.

Víctor Manuel Huerta Araneda
Historiador local.

Comentarios a: vhuertaaraneda@gmail.com

Bibliografía
-          Huerta, Víctor Manuel. “Cruzando el río Maipo: La historia de la comuna de Buin…” Ed. I. Municipalidad de Buin (2010)
-          Ferreira, María y Fiori, José Luis. “Investigación de la temática cultural de los campesinos de “El Recurso”. (1969).
-          Cortez, Iván. “Buin en el corazón”. Ed. Universitaria (1994)

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